Comenzé el largo camino, un camino sola, pero rodeada de grandes personas, mis hijos, mis padres, hermanas... y grandes amigas, enormes, magníficas, hermosas amistades que tiraron de mi.
El principio fue todo dolor, amargura, lágrimas, noches en blanco, desesperanza, miedo, mucho miedo, más que miedo pánico al presente, al futuro.... siempre lo vi como una persona que ha vivido con muletas y de repente las pierde y tiene que empezar a caminar sola, eso me aterraba, me fui metiendo en un pozo de oscuridad y desesperanza.... tenia animo, palabras, consejos, aliento de todos, pero sólo sentía la perdida, el abandono de la persona que más había querido en la vida... mis ojos del alma sólo echaban en falta una presencia, unos brazos, unos besos, un te quiero... me aferré a un recuerdo, a un ídolo que había colocado en un pedestal y que aunque me estaba haciendo el mayor daño que se puede hacer, aún seguia amándole, deseándole.
Quería dormir y no despertar, o dormir y al despertar comprobar que todo había sido un sueño, pero eso nunca ocurrió, ahora gracias a Dios me alegró de que no ocurriera. Sigo aquí porque la vida me tiene guardadas muchas cosas hermosas, y porque en el fondo siempre pensé que lo mejor estaba por venir.... (Continuará)
Aquí narraré la experiencia que viví cuando mi ex me dejo a los 45 años por una mujer de 30, después de una vida en común de más de 25 de matrimonio. Trataré de reflejar todos los momentos que he vivído y que ójala puedan ayudar a más gente en mi situación.
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